¿Atrapado en patrones?
¿Por qué estamos atrapados en patrones que se repiten una y otra vez? Las experiencias pasadas y los condicionamientos han ido creando en tu mente una lista de cosas buenas y malas, una serie de entendimientos, expectativas y actitudes que definen tu ego y dan forma a sus componentes básicos. Cuando te enfrentas a determinadas situaciones (en el trabajo, con tu pareja o con tu familia), tu ego pone en marcha reacciones preconcebidas, respuestas organizadas que reflejan un determinado aspecto de él. Rara vez somos capaces de elegir nuestra respuesta; la respuesta ya está ahí antes de que entres en contacto con el momento, está encarnada en tu ego. Y es por eso que estás atrapado en un patrón de reacciones emocionales recurrentes, siempre alejando y atrayendo a personas y situaciones similares. No hay magia aquí, no hay ninguna ley metafísica subyacente; es simplemente el resultado de la manera rígidamente construida por tu ego encarando la vida, produciendo un resultado similar una y otra vez. Todas estas características, expectativas e ideas se han unido para crear el mayor obstáculo que se interpone en tu camino hacia la libertad: tu propio yo.
No sólo los conceptos que acumulas en tu ego perpetúan estos patrones, sino que también restringen tu propia perspectiva de la vida y te imponen límites. Al adoptar ciertos conceptos del ego, te defines a ti mismo, pero al mismo tiempo defines lo que no eres. Por ejemplo, si tienes una idea que te define como insensible, tu yo rechazará la noción misma de sensibilidad. En el momento pertinente, la opción de ser sensible no estará a tu disposición. Hay numerosas formas de ser que simplemente no están disponibles para ti porque tu yo no está programado para adaptarse a ellas. Al limitarte de esta manera, estás limitando tu capacidad de enfrentar la vida tal como es. Hay muchas situaciones que están fuera de tu zona de confort simplemente porque te has definido a ti mismo de una determinada manera y ahora careces de las herramientas que podrían mostrarte cómo lidiar con el momento tal como es. Un ejemplo podría ser la cuestión de las cualidades femeninas y masculinas en una persona, hombre o mujer. Todos los hombres y mujeres tienen cualidades masculinas y femeninas, pero en su mayoría están condicionados a adoptar solo aquellas que coinciden con su género. La mayoría de nosotros sentimos que debemos tomar una decisión. Podemos ser esto o aquello. Una vez que hemos elegido, nuestra experiencia de vida se vuelve necesariamente más restringida, ya que ciertos momentos requieren una interacción femenina y otros, lo contrario. Las investigaciones psicológicas indican que la capacidad de contener tanto lo femenino como lo masculino en nuestro interior tiene muchas ventajas. En uno de mis estudios, los participantes que obtuvieron puntuaciones altas tanto en la escala masculina como en la femenina también mostraron niveles más altos de autorrealización, es decir, una mayor realización de su potencial. Estos hallazgos sugieren que la capacidad de aceptar ambos aspectos de nuestro yo en lugar de considerarlos mutuamente excluyentes afecta directamente nuestra capacidad de vivir nuestra vida al máximo. Esto solo se puede lograr si dejamos de lado los conceptos del ego sobre la masculinidad o la feminidad. Mientras no nos agobien esas preconcepciones, tenemos la capacidad de aplicar cada una de esas cualidades para que se adapten al momento. Es entonces cuando vivimos con mayor libertad.