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Meditación para emociones negativas
Cuando enseño el tema de las emociones y la meditación, analizo el hecho de que la meditación es muy útil cuando se trata de interactuar con las emociones negativas. Estas emociones son una parte natural de nuestra experiencia humana: las oleadas de tristeza, dolor, celos y enojo están ahí para recordarnos que estamos vivos y que aún tenemos preguntas sin resolver que abordar. En ese punto, la meditación se convierte en una herramienta valiosa para interactuar con estas emociones. En un estudio psicológico realizado por Sauer y Baer en 2012, dos grupos pasaron por un proceso de inducción de la ira que se siguió de manera diferente: el grupo 1 lo siguió con rumia (pensando en la ira y en qué era lo que los hacía enojar) mientras que el grupo 2 lo siguió con meditación de atención plena. Luego se midieron los niveles de ira de ambos grupos y probablemente no te sorprenderá leer que el grupo 2 mostró niveles mucho más bajos de ira. La meditación nos ofrece una forma saludable de interactuar con nuestras emociones negativas al permitirnos "estar con la emoción" o "sentarnos con ella". ¿Qué significa exactamente estar o sentarse con la emoción negativa?
Imagina que se acerca una tormenta y que esta trae consigo una verdad significativa para ti. Puede ser una tormenta de ira, dolor, frustración, vulnerabilidad o tristeza. Estás parado en la puerta de tu casa, en medio del desierto, y tienes tres posibles formas de abordar la experiencia:
1. Permanecer afuera, dejando que la tormenta te arrastre con su poderoso viento.
2. Esconderse dentro de su casa, cerrando todas las puertas y ventanas, asegurándose de que la tormenta no tenga acceso.
3. Estar de pie en tu propia casa mientras abres la puerta – conectarte con la tormenta mientras estás en un espacio seguro – dejar que tus dedos toquen la lluvia, tu piel sienta el viento, tu nariz huela la tierra mojada que se lleva la tormenta – y saber, durante toda la experiencia, que estás seguro en tu propia casa y que podrías cerrar parcialmente la puerta (o cerrarla por completo) si la tormenta se vuelve demasiado salvaje en algún momento.
La opción 1 se refiere a perderse en la emoción negativa (la tristeza, por ejemplo). Como parte de esa elección, pierdes la comprensión de que la tristeza es un visitante y, en cambio, te conviertes en la tristeza, perdiendo toda capacidad de observar y aprender. La opción 2 se refiere a reprimir la tristeza, alejándola y evitándola. Desconocer una emoción negativa significa que no puedes observarla, liberarla y aprender de ella. La opción 3 es la experiencia de la Meditación, que nos permite lograr un equilibrio saludable entre dos extremos no saludables. Como parte de la experiencia meditativa, encuentras tu hogar interno, el espacio donde te sientes conectado contigo mismo, equilibrado, y desde ese lugar tienes la resiliencia psicológica para interactuar con tu tristeza. Un compromiso donde puedes observarla, sentirla, aprender de ella, aceptarla y dejar que se disipe gradualmente.
Abre las puertas de tu conciencia y deja que la tormenta se sienta desde la seguridad de tu hogar meditativo interior. No siempre es fácil ni divertido, pero es un regalo increíble de crecimiento y transformación.
El Dr. Itai Ivtzan es psicólogo positivo, profesor titular y director del programa MAPP (Máster en Psicología Positiva Aplicada) en la Universidad de East London (UEL). Su trabajo se centra en la psicología positiva, la atención plena y la espiritualidad. Puede encontrar sus talleres, libros y trabajos científicos en su sitio web: http://www.awarenessisfreedom.com/